viernes, 11 de diciembre de 2009

¿Quién fue Vasco da Gama y en qué contexto histórico se dio la expedición a Asia?

Vasco da Gama nació al sur de Portugal, en Sines, al sur de Lisboa, donde nació aproximadamente en 1469, Sanjay Subrahmanyam sugiere que la fecha es algo tentativo, porque en realidad no existe un archivo al cual asirnos para sustentar tal información. Fue miembro de la nobleza menor que tenía residencia en Alentejo. Al igual que su padre Esteban de Gama, perteneció a la orden militar nominada Orden de Santiago.

El contexto histórico en el cual a Vasco da Gama ha nacido y crecido es ampliamente complejo, tanto en su tierra natal, como en el resto de Europa occidental. Es una época de tensiones políticas y económicas entre España y Portugal, así como la persistente lucha de estos países por imponer su poder religioso. Subrahmanyam hace mención del viaje de Bartolomeu Dias en 1487 que, como es sabido, antecede al que hiciera Vasco da Gama en 1497, mencionando que “cuando el infante don Enrique dominaba la empresa ultramarina, la razón de que se profundizase costa occidental africana abajo era tantear los límites de la penetración del Islam hacia el sur y ver si en África habría aliados para atacar a los “moros” por la retaguardia...”[1].

Todo esto sucedía en los altos niveles de la política y el poder, pero ¿qué estaba sucediendo al interior de las sociedades, ahí donde habitaba el pueblo común y raso?, dentro del territorio Europeo y, de a cuerdo con Peter Burke y Assa Briggs, la transición histórica de la forma de comunicarse entre los pueblos europeos occidentales en los siglos XV y XVIII proporcionan las características principales de los distintos tipos de manifestaciones en diferentes épocas históricas; es decir, plantean cómo fueron incursionando las ideas de modernidad en las sociedades europeas occidentales y cómo se insertaron poco a poco en todos los segmentos de la población, concluyendo que las formas de expresión con que se proveían las distintas capas de la población, desde los años cincuenta el siglo XV hasta la última década del siglo XVIII, permitieron una intercomunicación social que promovió la difusión de nuevas maneras de concebir el mundo. Si bien es cierto que para una óptima transmisión de las ideas hace falta el acceso lingüístico a determinados temas, también es cierto que existían maneras de divulgar los avances de la ciencia procurando hacerlo asequible para el común de la población. Esto se daba por medio de las lecturas en voz alta, en donde una persona que sabía leer y comprendía el tema, para interpretárselos a quienes le escuchaban, no obstante, esto no sucedía con todos los tópicos, en primer lugar porque los hombres de ciencia de aquel entonces ni siquiera podían divulgar su obra como podría suceder actualmente, incluso en ocasiones tenían que escribir sus teorías en forma de clave, bien sea para proteger su obra de algún plagiario, o bien para salvar el pellejo de la hoguera. Pero no sólo existía el interés por el conocimiento de los descubrimientos científicos, de hecho, los principales temas de interés estaban encaminados a sucesos cotidianos, mezclados con ideas supersticiosas y de orden religioso.
La imprenta es una herramienta fundamental para la divulgación de los acontecimientos tanto relevantes como cotidianos en las sociedades europeas occidentales de los siglos XV y XVIII, no obstante, la tesis de hablar de la imprenta como un agente de cambio no se sostiene, porque la imprenta como tal contribuyó sí a la creación de un cambio estructural en la forma de comunicarse de las sociedades europeas occidentales, pero no representó el cambio por sí misma; porque de manera alterna existían otras formas de manifestaciones en materia de comunicación. Briggs y Burke nos presentan un amplio panorama de tales expresiones como son: la oralidad, canciones, música, rutas marítimas y terrestres, desarrollo del comercio, interacción oral en los espacios públicos, escritura, comunicación visual (grabados, pinturas, esculturas, etc.), manifestaciones teatrales, festividades, imágenes incorporadas a los textos, manuscritos (cartas), textos escritos para ser leídos por gente docta en ciertos temas, pero el objetivo final era la divulgación de su contenido a los sectores de la población que no contaban con la capacidad lingüística para su comprensión, para esta porción estaba destinada la publicación de manuales de buenas costumbres, la prensa y la inclusión de la propaganda en los textos publicados. Así, para el común de las sociedades, la vida transcurría alejada de estas grandes hazañas relacionadas con la exploración de los mares y tierras inhóspitas, para el colectivo de la población, la vida giraba en torno a su propia realidad y dinámica social que; incluso en la misma Europa no era homogénea, es decir, Peter Burke llega a la conclusión de “que una importante minoría del pueblo común de la Europa moderna era capaz de leer.. que los artesanos generalmente podían hacerlos en mayor proporción que los campesinos, los hombres que las mujeres, los protestantes los católico, y los habitantes de la Europa occidental más que los de la oriental”[2].

Este planteamiento lo presento con la intención de contextualizar la época histórica en que se prepara el viaje de Vasco da Gama, con el fin de poder visualizar que los procesos de cambio dentro de una sociedad no son planos, se presentan de maneras alternas y distintas entre unas y otras sociedades aún cuando estén contenidas dentro de un mismo territorio, en este caso Europa.

En el terreno político, Portugal estaba bajo en enfrentamiento entre dos posturas de elite, por un lado había quienes apoyaban la expansión ultramarina y por otro una fracción creía que no era conveniente puesto que no había suficiente información acerca de la situación política, religiosa y comercial de Asia, además, este sector no estaba convencido que existiera una ventaja económica real con respecto de la ruta terrestre tradicional, la llamada ruta de la seda. El otro gran inconveniente que veía el grupo opositor a la exploración de los mares, era que, sabía que esto supondría la defensa de la ruta marítima si hubiera que enfrentarse a la competencia del reino de Castilla, y su presentimiento fue cierto, no obstante, pese a las oposiciones el viaje fue consumado.

Así, las sociedades europeas de los siglos XV y XVI están en una etapa de crecimiento y prosperidad en comparación con las centurias anteriores, en donde había que cubrir varios frentes para la subsistencia, entre las hambrunas, la falta de técnicas de cultivo, las constantes invasiones por parte de los pueblos orientales y nórdicos “...los normandos, los húngaros y los sarracenos semejan plagas. Se daba el nombre de sarracenos a todos los musulmanes...”[3], sin embargo, la tranquilidad no es una de las características del continente europeo y habrá que recordar que “para la mayoría de los pueblos europeos occidentales el siglo XV, la época de la Guerra de los Cien Años y la Guerra de las Dos Rosas, fue un periodo de contienda civil...”[4]

Por otra parte, las técnicas de cultivo visiblemente se habían mejorado, haciendo más fructífero el trabajo agrícola. Por otra parte los inventos tecnológicos estaban en aumento. Si bien es cierto que pudieran parecer bastante elementales para la época actual, dentro del contexto histórico de los siglos que estamos mencionando, son realmente grandes avances, puesto que les permitieron ir ganando terreno en la exploración tanto de los mares, como de nuevos territorios que consideraban inasequibles. Tales descubrimientos le valieron a Vasco da Gama para su incursión en tierras orientales.

Curiosamente contrario a lo que se cita en múltiples ocasiones en los datos biográficos de Vasco da Gama, Subrahmanyam escribe que una de las probables razones del rey Manuel fue la de una visión mesiánica que daba un peso preponderante en sus decisiones políticas a la toma de Jerusalén, puesto que por un lado era una acción con tintes de dimensión religiosa por la reconquista y la difícil cohabitación con el Islam; además de tener una idea errónea con respecto de la cantidad de reinos cristianos dentro del continente asiático, siendo estos menos de lo imaginado, esta noción llevó a don Manuel a crear una alianza con Egipto, la cual le valió el rechazo de una porción de la élite portuguesa, así como de la del Asia portuguesa; además de la desaprobación de la alianza con Etiopía, puesto que “los teólogos portugueses dudaban mucho del cristianismo de los etíopes, que les parecía demasiado teñido de judaísmo”[5]
[1] Sanjay Subrahmanyam: “La herencia de santiago” en: Vasco de Gama, Barcelona: Crítica, 1998, p.53
[2] Peter Burke: “Cultura popular y cambio social” en: La cultura popular en la Europa moderna. Barcelona: Altaza, 1997, p. 351.
[3] Georges Duby: “El miedo al otro” en: Año 1000, año 2000. La huella de nuestros miedos, Santiago: Editorial Andrés Bello, 1995, p.58.
[4] Daniel J. Boorstin: “Duplicando el mundo” en: Los descubridores, Barcelona: Crítica, 2000, p. 163.

[5] Sanjay Subrahmanyam: “Los años a la intemperie” en: Vasco de Gama, Barcelona: Crítica, 1998, p.256.

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